Podemos retroceder ante las dificultades de la vida o afrontarlas. Aquí hay tres ideas que ofrecen esperanza y fuerza cuando los tiempos se tornan difíciles.

Por Satgurú Bodhinatha Veylanswami

Una perspectiva común con respecto a los grandes retos es que preferiríamos la vida sin ellos. ¿Por qué alguien querría enfrentar todos estos tiempos difíciles, despertarse frecuentemente por la mañana y ser desafiado seriamente por la vida? Mi gurú, Sivaya Subramuniyaswami, tenía una perspectiva diferente. Afirmó: “Para eso nacemos en este planeta, para evolucionar a través de los retos. Estamos aquí por esa razón”. Lo que Gurudeva nos estaba diciendo es que, en realidad, es al vivir a través de los karmas y, por lo tanto, obtener un mejor control sobre nuestras naturalezas instintivas e intelectuales que avanzamos espiritualmente. Podemos comparar esta idea con el comentario de Gurudeva sobre estar en paz. Afirmó que está bien aprender a estar en paz en un lugar tranquilo. Pero, tarde o temprano, tienes que aprender a estar en paz en medio de una actividad intensa. Del mismo modo, debemos adquirir la capacidad de tener un autocontrol constante en las interacciones diarias simples y, finalmente, ser capaces de mantener la compostura incluso cuando enfrentamos dificultades intensas. Si tu paz no puede ser perturbada en ninguna situación, es un tesoro permanente.

Mantener la calma en medio del caos

Frecuentemente me reúno con familias que visitan el monasterio. Generalmente es por la mañana después de haber asistido a la puja a Siva, que dura unos noventa minutos. Si una familia tiene niños pequeños, los niños ya han tenido que quedarse quietos durante mucho tiempo. Entonces, cuando vienen a reunirse conmigo, su capacidad para sentarse en silencio se ha agotado. Una familia tenía dos niños pequeños de alrededor de cuatro y seis años que no podían dejar de correr por la habitación. Esto avergonzó al padre, quien finalmente confió: “Sabe, solía estar mucho más tranquilo antes de tener hijos”. Le dije: “Bueno, ese es el desafío: estar tranquilo cuando tienes hijos que no están tranquilos”.

Hay un capítulo sobre el autocontrol en la escritura ética “Tirukural” en la sección sobre el dharma familiar. Un verso dice: “Más imponente que una montaña es la grandeza de un hombre que, firme en la vida doméstica, ha dominado el dominio propio”. El significado es evidente. Es fácil tener autocontrol si eres soltero y vives solo, porque nadie está a tu lado para molestarte. Pero cuando estás casado, tienes hijos pequeños y debes cumplir con responsabilidades profesionales, el autocontrol es mucho más difícil de lograr. El objetivo es hacer frente a los disturbios y aún así mantener la calma. Si eres una persona de familia, ánimo. ¡Ya se ha logrado!

Los retos son tus amigos

Otro contexto para hacer frente a los desafíos se relaciona con los ciclos astrológicos de la vida. (La astrología védica es un tema técnico, y el ejemplo que se presenta a continuación está simplificado). Tendemos a pensar que los períodos astrológicos con muchos desafíos son malos, y los tiempos en los que las condiciones son tranquilas y propicias para el éxito son buenos. Eso es cierto en el sentido de que es más fácil realizar tareas importantes en el mundo cuando tu astrología está libre de obstáculos. Sin embargo, los períodos astrológicos que indican dificultades también pueden verse como buenos en el sentido de que presentan oportunidades para lograr un progreso interior espiritual al enfrentar con éxito los desafíos y, por lo tanto, fortalecer nuestro autocontrol. Recuerdo que Gurudeva dijo una vez que su astrología actual era tan buena que no tenía retos, bromeó diciendo que “no estaba haciendo ningún progreso espiritual en absoluto”. Un sistema astrológico proporciona esta idea: “Este período es el comienzo de un viaje más a tú interior durante el cual absorbes y asimilas nueva información. También es un período de verdadera determinación y de abandono de mucha superficialidad en favor del aprendizaje profundo y la autodisciplina… Sin embargo, puede ser un período tedioso y difícil para los asuntos mundanos, y es probable que se te den responsabilidades adicionales de un tipo u otro en este momento. Cuando se trata de desafíos, no queremos sentirnos abrumados; pero, como buscadores del camino espiritual, tampoco queremos que nuestra vida esté libre de desafíos.

La experiencia mundana conduce a la experiencia divina

Al trabajar con un grupo de estudiantes universitarios hindúes en un seminario de fin de semana, hice la pregunta: “¿Qué se necesita para lograr moksha, la liberación del renacimiento?” La respuesta de varios estudiantes fue: “Necesitas realizar el Ser”. Esta es ciertamente una respuesta correcta, pero para una persona reflexiva lleva a una segunda pregunta: “¿Qué, entonces, se necesita para realizar el Ser?” La respuesta a eso no es tan conocida: “Experiencia en el mundo, mucha”.

En sus Yoga Sutras, el sabio Patanjali aborda la necesidad de experiencia en el primer sutra del capítulo 2: “Lo que se encuentra tiene el carácter de brillo, actividad e inercia. Está corporizado en los elementos y en los órganos de los sentidos. Su propósito es proporcionar tanto experiencia como liberación”. En otras palabras, no estamos en la Tierra solo para ir directamente a la liberación. Primero debemos aprender y crecer en el vasto océano de eventos del mundo antes incluso de comenzar a pensar, y mucho menos lograr, moksha. Es a través de los encuentros en el mundo y al aprender a enfrentar esas experiencias de la manera correcta, como fortalecer nuestro autocontrol, que finalmente terminamos buscando la liberación. Resulta que la experiencia es el camino.

Gurudeva explora esta idea en Danzando con Siva: “¿En qué se diferencia nuestra alma de Siva? Nuestro cuerpo del alma fue creado a imagen y semejanza del Alma Primordial, Dios Siva, pero difiere del Alma Primordial en que es inmaduro. Si bien Siva es perfección no evolutiva, nosotros estamos en proceso de evolución. Aum”.

Su comentario sobre el verso ahonda en lo más profundo: “Para comprender los misterios del alma, distinguimos entre el cuerpo del alma y su esencia. Como cuerpo del alma, somos individuales y únicos, diferentes de todos los demás, un ser de luz auto-refulgente que evoluciona y madura a través de un proceso evolutivo. Este cuerpo del alma es de la naturaleza de Dios Siva, pero es diferente de Siva en que es menos resplandeciente que el Alma Primordial y sigue evolucionando, mientras que Dios es perfección no evolucionante. Podemos comparar el cuerpo del alma con una bellota, que contiene el poderoso roble, pero es una pequeña semilla que aún no se ha desarrollado. El cuerpo del alma madura a través de la experiencia, evolucionando a través de muchas vidas hacia el esplendor de Dios Siva, finalmente realizando a Siva totalmente en nirvikalpa samadhi. Incluso después de alcanzar la Realización del Ser, el cuerpo del alma continúa evolucionando en este y otros mundos hasta que se fusiona con el Alma Primordial, como una gota de agua se fusiona con su fuente, el océano. Sí, este es el destino de todas las almas sin excepción.”

El punto de este upadesha es que el cuerpo del alma, anandamaya kosha, está madurando a través de la experiencia en el mundo. ¿Como se da este proceso? Ocurre a través de obtener un control cada vez mayor sobre la naturaleza instintivo-intelectual. Hacerlo hace que el cuerpo del alma madure lo suficiente como para alcanzar la realización del Sí mismo.

Por lo tanto, la próxima vez que te enfrentes a un reto, ya sea grande  o pequeño, acéptalo como una oportunidad para aumentar tu comprensión, fortalecer tu autocontrol, madurar el cuerpo de tu alma y acercarte mucho más a la realización del Ser trascendente dentro de ti .