Por Satgurú Bodhinatha Veylanswami

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Por milenios, ha sido práctica común que los padres religiosos pasen su tradición a sus hijos. También ha sido común que los padres quieran que sus hijos se unan a la comunidad religiosa de la familia. Los tiempos han cambiado. Hoy en día, un número considerable de padres se consideran a sí mismos espirituales, pero no profesan una afiliación religiosa. Muchos siguen el humanismo secular. Otros se enfocan exclusivamente en la educación secular de sus hijos y no quieren que participen en actividades o clases religiosas dado que no le ven un valor profesional a la religión. Algunos simplemente están en contra de la religión. Los matrimonios entre personas de diferentes religiones son ahora comunes, especialmente en países de Occidente. Recientemente, he incluso escuchado a algunos padres preguntarse si tienen el derecho ético de pedir a sus hijos que acepten sus creencias y prácticas religiosas argumentando que cada ser humano debe encontrar su propio camino espiritual.  

 
Luego están las justificaciones pragmáticas: muy ocupado para enseñar religión en casa, el no saber suficiente acerca de la religión, el no asistir a actividades religiosas de forma regular, no estar lo suficientemente orgullosos de su fe y el querer que sus hijos puedan encajar bien en un ambiente escolar internacional.

Los padres hindúes que no planean enseñar religión en casa deben pensar seriamente en cómo la siguiente generación aprenderá los principios básicos de la buena conducta y del deber con la familia y la comunidad. Las religiones han sido, tradicionalmente, la fuente más común de este conocimiento. En la red, puedes encontrar declaraciones sobre cómo los hijos, con el tiempo, descubrirán por sí mismos todo sobre la conducta y el deber. Sin embargo, conozco educadores, que tienen suficientes experiencias personales suficientes para enfáticamente en desacuerdo. Han compartido conmigo su consternación sobre cuántos estudiantes en su escuela hacen trampa de forma regular para avanzar en la clase. Para ellos, el ganar es lo que cuenta y la virtud de la honestidad es de menor importancia.

¿Existen fuentes no religiosas para enseñar la conducta ética? La “psicología positiva” es un ejemplo. Respetada por su enfoque integral para aprender valores y deberes, ha desarrollado 24 fortalezas de carácter que describe como “…los ingredientes psicológicos para mostrar bondad humana y que sirven como vías para desarrollar una vida de mayor bienestar”. Ver: www.viacharacter.org/character-strengths-via 

 
Un estudio sobre cómo las religiones están enseñando a los niños

Para entender como la religión se está enseñando podemos consultar el libro “Religious Parenting: Transmitting Faith and Values in Contemporary America”, publicado en 2019 y escrito por el profesor Christian Smith con Bridget Ritz y Michael Rotolo como coautores. Entrevistaron a cientos de individuos de diversas religiones, incluyendo hindúes y budistas. Descubrieron que, a pesar de la gran diversidad, los padres comparten casi un enfoque idéntico de socializar religiosamente a sus hijos. Para casi todos, la religión es importante por proveer el cimiento para convertirse lo mejor que uno puede ser en el viaje de la vida.

 
A menor escala, hicimos algunas investigaciones en Asia entre padres hindúes y encontramos que varios tienen un enfoque similar: el entrenamiento religioso desarrolla el carácter y ayuda a sus hijos a manejar los retos de la vida de manera más efectiva y más seguros de sí mismos. Los padres me compartieron que la religión es como la cuerda de una cometa que sujeta a los individuos a su realidad terrestre y les impide ir a la deriva en el olvido. Un padre explicó que el aprender acerca de los varios retos los hindúes enfrentaron en los siglos pasados les enseña a los hijos qué tan grande el hinduismo es: no puede ser destruido. En mi opinión, las maneras en las que el hinduismo puede beneficiar a la siguiente generación son considerables y no deben ser descartadas. Exploremos tres de ellas.

Encontrar la felicidad duradera

Los padres naturalmente se enfocan en criar a sus hijos para que sean exitosos. Para muchos, el éxito se define casi exclusivamente como la prosperidad material, la cual se logra mejor si se tiene una carrera profesional altamente exigente y bien remunerada. Por supuesto, esta estrategia incluye casarse con un cónyuge con una educación y posición social similar. Esta definición de éxito ignora un componente crucial, el ser feliz. He conocido a decenas de hombres y mujeres que han compartido que siempre creyeron que los logros profesionales y la abundancia financiera les haría felices, pero descubrieron que no. El hinduismo enseña que la felicidad duradera no viene de lo que logramos en el mundo material. Esa clase de logros son fugaces. Lo que se gana, se puede perder. La felicidad duradera viene de permanecer en nuestra naturaleza del alma, nuestro ser espiritual interior. Mi gurú, Sivaya Subramuniyaswami, lo dijo de esta manera: “Aprende a ser feliz buscando la felicidad, no a través de otros, sino de la profundidad del alma misma”. Para lograr esto, enseñó: “Pon una sonrisa en las caras de otra gente. Obtén tu felicidad y tus estados positivos de la mente haciendo feliz a otra gente”. Sabía que el contento viene del dar y no del tomar.

 
Controlar el enojo

Existen pocas cosas que arruinen la calidad de vida más que el enojo. Por lo tanto, es importante aprender a minimizar las expresiones de esta emoción negativa y, tarde o temprano, eliminarlas. Una comprensión profunda de la ley del karma nos permite aceptar que lo que nos sucede es lo que debería sucedernos y no enojarnos por ello. Aceptamos que es nuestro karma experimentar lo que estamos pasando, tanto positivo y negativo. Lo que sea que nos sucede es causado por nuestras acciones en esta y vidas pasadas.

Reducir el estrés

Los niños hindúes enfrentan estrés en la forma de exámenes importantes en la escuela, los cuales empiezan tan pronto como a la edad de 8 años en los países asiáticos. Bajo ese estrés, no pueden hacer su mejor trabajo y aprender de forma efectiva. Las rutinas de asana del Hatha Yoga nos da el poder de equilibrar nuestro sistema nervioso y reducir la ansiedad si se llevan a cabo de forma regular cada semana. Otro método es la práctica regular de la respiración diafragmática. La idea básica es entrenarte a ti mismo, y a tus hijos, a respirar desde el diafragma y no desde el pecho. Esta la forma natural. Es como respiran los bebes. Sin embargo, una vez que asumimos las tensiones de la vida, el diafragma se tensa y tendemos a expandir el pecho cuando respiramos. El diafragma puede sentirse justo abajo del plexo solar, justo abajo de donde se separan las costillas. Para localizarlo, coloca las puntas de tu dedos en el diafragma y tose. Cuando tus dedos están directamente en el diafragma, brincarán cuando toses. Cuando necesites relajarte, por ejemplo antes (o durante) una junta importante o examen, toma solo un minuto para respirar profundamente desde el diafragma. Hacer esto unas pocas veces te convencerá del poder del pranayama para aliviar tensiones en el sistema nervioso. Se volverá una herramienta que puedes usar en muchas situaciones.

 
Estos tres ejemplos muestran claramente que las creencias y prácticas del hinduismo están diseñadas para ayudar al individuo a vivir una vida más feliz, más creativa y más exitosa.

Esta es una cita de un participante de nuestra encuesta informal en Asia: “El aprender religión es primordial, especialmente con el tipo de retos que los niños enfrentan en estos días. La mayoría de las veces, la religión hindú se ve de una manera limitada desde el punto de vista ritualista. Muchos no ven la totalidad de la religión y como encapsula la vida humana como un todo en todos los aspectos: metafísico, yoga, ayurveda, valores humanos, rituales, vastu, astrología y cultura. Si los hindúes se dan cuenta de lo saludable que la religión realmente es, estoy seguro de que estarían más que dispuestos a enseñar o mandar a sus hijos a clases de religión”.

No existe una mejor manera de concluir que recurrir a la sabiduría audaz de mi Gurudeva. Al hablar ante un público compuesto por Hindúes Saivitas dijo: “Sí, sólo tenemos un deber que cumplir: el pasar nuestra religión a la siguiente generación, y a la siguiente y a la siguiente. ¿Cómo se hace esto?” A través de una educación Saivita, el construyendo más escuelas. Debemos educar a nuestra juventud bien. La alternativa es permitir que el Saivismo sea conquistado por el ateísmo, que sea conquistado por el cristianismo, que sea conquistado por el islam, que sea conquistado por el existencialismo y el racionalismo occidental, por el materialismo y el humanismo secular. Y que sea conquistado por los postulados liberales neo-Indios que buscan cortar las raíces de la tradición. Nuestra única esperanza radica en educar a los niños, las mentes jóvenes que están abiertas y ansiosas de aprender, pero que están siendo alejadas de su herencia. Mantenlos cerca, protégelos, ámalos cariñosamente y dales los tesoros del Saivismo. Ese es el regalo más grande que les puedes dar. Todo lo demás perecerá. Todo lo demás decaerá”.