El hinduismo nunca se ha opuesto a la incredulidad, pero su comprensión profunda de Dios hace que el ateismo sea más difícil

Por Satgurú Bodhinatha Veylanswami

En varias de mis pláticas a lo largo de los años, he hablado sobre la influencia secular de las universidades modernas en nuestra juventud hindú. Sorprendentemente, casi ninguno de los padres o maestros presentes habían escuchado sobre este fenómeno erosivo. Explico que, en el ambiente universitario, la razón y la ciencia dominan; y la religión se expone como una asignatura menor. Algunos académicos argumentan que el concepto de religión es ya obsoleto y debe ser abandonado. Como resultado de años de exposición a un secularismo intelectual, hay una marcada tendencia entre los estudiantes de universidad de rechazar la religión en la que fueron criados. Esto aplica para los jóvenes hombres y mujeres de todas las religiones, con pocas excepciones. Este rechazo tiene diversas formas. Las tres más comúnes son: 1) convertirse a las creencias del ateísmo; 2) adoptar el humanismo secular o 3) convertirse en “espiritual, pero no religioso”. En editoriales anteriores se han cubierto los temas de “espiritual, pero no religioso” y del humanismo secular. En esta editorial, exploramos el tercer resultado: el ateísmo. 

Yo personalmente conozco familias hindúes cuyo hijo o hija regresaron de sus estudios universitarios y confrontaron a sus padres con declaraciones como la siguiente: “En la universidad me enseñaron a creer en el método científico, que todo tiene que poderse probar. No existen pruebas de la existencia de Dios. Por lo tanto, ya no creo en Dios. Soy ateo”. Muchos padres se conmocionan por esa declaración y no tienen idea de qué decir o cómo responder. 

Mi consejo a los padres es el reconocer y aceptar primero la posición filósofica recién descubierta por sus hijos. Luego, encontrar la oportunidad de compartir más sobre la naturaleza de Dios en la tradición hindú que es más amplia y mística que en las religiones de Occidente, que es donde el ateísmo tiene sus raíces. Explicar que cuando la mayoría de la gente piensa en Dios, el que la juventud ha rechazado, piensan en Él o Ella como una persona. Esta es la visión de muchos académicos. Sin embargo, en el hinduismo y en otras religiones de oriente, Dios también existe como conciencia omnipresente y la fuente trascendente de esa conciencia. 

Mi gurú, Sivaya Subramuniyaswami, describía estos tres aspectos de la divinidad de la siguiente manera: 1) Dios es trascendente como lo inmanifestado, lo inefable, lo que yace más allá del tiempo, la forma y el espacio. 2) Dios es inmanente como el sustrato o sustancia primaria y la conciencia pura que fluye a través de todas las formas. 3) Y Dios también es inmanente como el Alma Primordial que realiza las cinco acciones divinas de creación, preservación, destrucción, velo y revelación. Aunque Dios es un misterio único y sagrado, lo entenmos a Él a través de estas tres perfecciones. En consecuencia, Dios es mucho más que un Dios personal. 

La fase dos para responder al recién encontrado ateísmo de tus hijos es el traer el concepto de divinidad al nivel personal. Puedes decir: “Puede parecer extraño, pero puedes practicar el hinduismo sin creer en un Dios personal. Lo único en lo que necesitas creer es en ti, en ti mismo. Pregúntate ´¿Existo? ´ . La pregunta, por supuesto, es sí. En el pensamiento hindú, al enfocarse en la propia existencia y su naturaleza se le conoce como ´Conociéndote a ti  mismo´. La segunda pregunta que te debes hacer es: ´¿Estoy conciente de que experimento diferentes estados de conciencia? ¿Algunos positivos como la confianza y otros negativos como la inferioridad, el miedo, el enojo y la preocupación?´. Tal vez tienes la fortuna de experimentar estados creativos en los que produces algo nuevo: un invento, poema o canción. Una vez más, la respuesta natural es “Sí”. 

Imagine estos estados de conciencia como el mercurio en un termómetro. Los estados creativos están en la parte superior y los negativos en la parte inferior. El objetivo del camino de “conociéndote a ti mismo” es el aprender a controlar el mercurio para que la conciencia siempre se mantenga cerca de la parte superior. Luego, cuando nos volvemos buenos en eso, la cima absoluta del termómetro se vuelve alcanzable. Esa la conciencia divina, omnipresente. Resulta que la conciencia esta dentro de todos y, sí, incluso dentro de Dios. De hecho, frecuentemente esa conciencia es descrita como Dios. 

En el hinduismo, este enfoque hacia lo divino se llama “advaita”, que significa no-dualismo; o “ekavada”, que significa monismo. Frecuentemente, en sánscrito, a la conciencia ominipresente se le llama “Satchidananda”, que literalmente significa “existencia-conciencia-dicha”.

Mi gurú daba esta descripción: “´Satchidananda´ es la Mente Divina de Dios Siva y, simultáneamente, es la mente pura superconsciente de cada alma individual. ´Satchidananda´es amor perfecto y omnisciente, conciencia omnipotente, la fuente de toda la existencia, pero que, a la vez,  contiene y permea toda la existencia. También llamada conciencia pura, forma pura, el sustrato de la existencia.y más. Una de las metas de quien medita o del yogui es el experimentar el estado natural de la mente, ´Satchidananda´, frenando los ´vrittis´ (actividad mental) a través de prácticas yóguicas. ´Satchidananda´ puede ser experimentada por el yogui diligente o el meditador como una fusión interna, o identificación con la unidad subyacente que fluye a través de toda forma. Esta experiencia se llama ´savikalpa samadhi´”. Paramagurú Yogaswami describía este estado de la siguiente manera: “Sat Chit Ananda. Hay una cosa. Satchidananda. Sat es tú eres. Chit es omnipresente, ´prakasa´, luz como proveniente del sol, que todo lo sabe. Ananda es dicha. Son tres, pero son uno. Esa es tu naturaleza” . En otras palabras, en el pensamiento hindú podemos probar personalmente la existencia de Dios como conciencia omnipresente, ´Satchidananda´,  a través de experimentarla. Este es el enfoque místico que prueba la existencia de Dios. No está basado en las arenas movedizas  de la creencia. Desde el punto de vista de Yogaswami, dado que afirma que Dios es la esencia más íntima de todos, el no creer en Dios equivale a no creer en uno mismo. ¿Por qué quisieras hacer eso?. 

El estado de ´Satchidananda´ puede ser descrito también en términos de conciencia no dual y conciencia fundamental y, algunos artículos científicos están presentando la teoría de que la conciencia no dual es fundamental para el universo. Por ejemplo, Neil D Theise y Menas C Kafatos (Profesor en Física Computacional), en un artículo de 2016 titulado  “Conciencia Fundamental: Un marco de referencia para integrar a la ciencia, filosofía y metafísica”; resumen sus ideas así: “El marco de referencia ontológico de la Conciencia Fundamental que se propone aquí asume que la Conciencia no dual es fundamental para el universo, no surge de las interacciones o estructuras de fenómenos de nivel superior. El marco de referencia permite comparar e integrar visiones de tres campos que se ocupan en entender la naturaleza de la conciencia: la ciencia, la filosofía y la metafísica. En este marco de referencia, la Conciencia es la realidad subyacente, que no puede reducirse a otra cosa. Conciencia y existencia son lo mismo. Como tal, el universo no es material, se autoorganiza en todo momento,  a través de una holarquía, una acumulación de interacciones recursivas, complementarias, impulsadas por procesos. El universo es tanto su primer observador y sujeto. Considerar que el mundo no es material y está compuesto, a priori, de la Conciencia es privilegiar la información sobre la materialidad, la acción sobre la ¬agencia y comprender que los qualia no son un “problema difícil”, sino los elementos fundamentales de toda existencia. Estos puntos de vista reflejan plenamente las tradiciones filosóficas occidentales dominantes, ideas de tradiciones contemplativas y místicas culturalmente diversas, y están en consonancia con el pensamiento científico actual, expresable matemáticamente ”. Para aquellos lectores que no están familiarizados con los términos qualia y holarquía, qualia es el componente interno y subjetivo de percepciones sensoriales, derivadas de la estimulación de los sentidos por fenómenos. Una holarquía es una conexión entre holones, donde un holón es tanto una parte como un todo.

El punto de vista del artículo de Theise y Kafatos es, de hecho, alentador al mostar un cambio que se está sucediendo gradualmente en el mundo científico con relación a la naturaleza de Dios y como se relaciona con la física moderna. Es nuestra esperanza que, en un futuro no tan lejano, la experiencia universitaria de la juventud hindú llevará a nuevas conclusiones afirmativas; y, al regresar a casa de la universidad, dirán a sus padres: “La visión hindú de que Dios es el sustrato subyacente del universo ha sido probada por el pensamiento científico moderno y puede expresarse matemáticamente. ¡Nuestros rishis hindúes tenían razón hace miles de años atrás!”.

Hasta que ese cambio suceda, es importante que los padres y maestros de hinduismo tengan una estrategia para preparar a su juventud para la experiencia secular, anti-religiosa de la universidad. Sugiero enfatizar cómo el hinduismo es sobre entender y dominar nuestros estados de conciencia. Tiene muchas prácticas dentro de él para superar los estados negativos, como el enojo, el miedo, la preocupación y la duda. Adicionalmente, provee técnicas de meditación a través de las cuáles podemos experimentar la felicidad interna y el contentamiento de la conciencia superior, la cuál tarde o temprano nos llevará al descubirmiento de la mente divina omnipresente que permea a todos y todo. Como declaró un rishi hace mucho tiempo en el Shvetashvatara Upanishad:  “Él es Dios, escondido en todos los seres, su alma interna quien está en todos. Observa los trabajdos de la creación, vive en todas las cosas, observa todas las cosas. Él es pura conciencia, más allá de las tres condiciones de la naturaleza”.